Siempre he sido muy dada a quedar y desvirtualizar a la gente de Instagram.
Además, si la quedada implica un desayuno, almuerzo, comida, merienda o cena para ello, OBVIO que siempre me apunto.
Ello me ha llevado a conocer a mucha gente de la cual puedo decir de muchos de ellos, que son amigos. Eso de ir a otra ciudad, a la otra punta del país y echarte unas risas con alguien, es algo maravilloso. Y no podemos olvidar que es un hecho propio de las Redes Sociales. Aunque hoy en día, se haya comercializado todo. Se intente vender de manera claro o enmascarada algo.
El Instagram o el Facebook son dos redes sociales que te permiten conocer gente estupenda.
Por eso, para mi es muy importante mostrarme siempre como soy. Transmitir cercanía y simpatía a través de todo lo que hago y dejo de hacer. Mostrarme como soy, que no haya diferencia entre lo “online” y lo “offline”. Y si hay que meter la pata, pues se mete a veces.
Siempre lo he dicho a título personal: “Metepatas empedernida”.
Lo dicho. He tenido la fortuna de conocer a gente extraordinaria y a verdaderas profesionales que me han pedido que les hiciera de modelo. Así que después de quitarme las vergüenzas, me he dicho un “Y ¿por qué no?” y me he puesto delante de la cámara.
Con mi compañera de aventuras foodie Alicia @queridamaldita
La sesión preciosa que me hizo Laura Gomez @lauragomezphotography